El país no podrá gozar de los posibles beneficios que se deriven de la renegociación del TLCAN, si no mejora cinco aspectos de las finanzas públicas. México tiene asuntos en materia de finanzas públicas que atender y resolver en el corto y mediano plazos, independiente de llegar a buenos términos en renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que inicia el 16 de agosto próximo.
En el primer semestre del año, los esfuerzos del gobierno para la consolidación fiscal han generado frutos como un superávit público, y mejoras en la perspectiva de calificación crediticia de negativa a estable, por parte de Standard & Poors y de Fitch Ratings.
No obstante, estas mejoras se relacionan en gran parte con el remanente histórico que recibió este año el gobierno federal por parte del Banco de México (Banxico), factor con pocas probabilidades de repetirse en 2018, comentó James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CI Banco.
Si no mejoran los aspectos económico-financieros, no se podrán aprovechar los buenos términos que puedan resultar de la renegociación del TLCAN, advirtió Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
CiBanco refiere cinco retos en materia económico-financiera para México, y que van más allá del TLCAN.
1.- Costo financiero de la deuda pública.
Durante el periodo enero-junio de 2017, el incremento de este rubro fue de 11.5%, respecto al mismo lapso de 2016, detallan cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Aunque este indicador perdió ritmo en junio, sigue representando un reto, porque esos recursos podrían destinarse a gastos de inversión, dijo Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
<“Es un factor que influye y que aumentará en el gasto público del siguiente año, el cual será presentado el 8 de septiembre. Difícilmente van a reducirse los niveles de deuda pasados, el sector público tiene un gasto acumulado por este concepto”, explicó el analista de CiBanco
2. Menos gasto público en inversión física
En el primer semestre de 2017, el gasto para el desarrollo de obras públicas como escuelas, carreteras, puentes, gasoductos y hospitales tuvo una contracción de 22.5%, la caída semestral más severa de la actual administración federal.
El retroceso refleja los recortes al gasto público aplicados por la SHCP desde 2015, primero por un menor dinamismo en la economía china, además de la caída del precio del petróleo. En 2016, le siguieron los recortes al gasto por el Brexit y la volatilidad generada por las elecciones en Estados Unidos.
“Cuando se hacen ajustes al gasto, es más factible y sencillo que los recortes sean a inversión pública, que meterte, por ejemplo, a recortar recursos que se duplican en las dependencias”, comentó Alejandro González, director de Gestión Social (Gesoc).
Si hay menores recursos públicos para infraestructura, la productividad del país se ve afectada, en vista de que obras como las carreteras y puentes sirven para la producción y distribución de bienes y servicios, explicó González.
En 2016, la inversión física representó el 12.6% del gasto programable, su menor nivel desde 2002.
3. Sin remanente de Banxico
El peso mexicano se ha apreciado este año. Se prevé que el dólar cierre en un menor nivel que el año pasado, y por ende que el Banxico no registre remanentes.
Esto restaría un soporte para los ingresos del gobierno federal. No va a tener ese colchón, y la administración pública tendrá que continuar con recortes al presupuesto, y mantener el superávit, consideró Salazar.
Este año, el remanente de Banxico dio un respiro a las finanzas del gobierno federal al que se le entregaron 321,653 millones de pesos (mdp) derivado de su ejercicio fiscal de 2016. La cifra fue 35% mayor al remanente de 2015, de 239,000 mdp.
4. Deuda de los estados
Pese a la Ley de Disciplina Financiera para Entidades Federativas y Municipios, CiBanco considera que la situación de la deuda pública estatal y municipal sigue insostenible y puede empeorar, principalmente por los tiempos electorales del siguiente año.
Adicionalmente, cuentan con mecanismos deficientes para el cobro y generación de recursos propios, como el predial en el caso de los municipios, explicó el director de Gesoc.
Al cierre del primer trimestre de este año, los estados y municipios acumularon una deuda de 570,299 mdp, la más alta registrada desde 2001.
En este mismo lapso, las obligaciones financieras de las entidades federativas en promedio representaron el 3% de su PIB, y el 79.6% con respecto a los recursos que reciben del gobierno federal, por concepto de participaciones, según datos de la SHCP.
5. Gasto por elecciones presidenciales
Las elecciones presidenciales del próximo año supondrán un gran reto para las finanzas públicas, debido al incentivo de un mayor gasto o sustitución de recursos hacia actividades consideradas con mayor impacto político, y que generalmente se disfrazan de gasto social, comentó Salazar.
Cuando hay elecciones, el gasto público federal del año, siempre es mayor al presupuestado, por ejemplo, en 2012 se gastaron 837,000 mdp más que lo programado, refieren cifras de la SHCP.