México es el país con mayor número de horas trabajadas; sin embargo, no somos tan chambeadores como parece. De acuerdo con el Compendio de Indicadores de Productividad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), ocupamos el último puesto en eficiencia.
Los horarios flexibles aparecen como una buena alternativa, pues no representan precisamente una disminución del tiempo dedicado a las actividades profesionales, sino una mejor distribución del mismo y la posibilidad de trabajar desde diferentes locaciones. Estos son:
• Fijo-variable: Se elige un horario entre varias opciones y éste se convierte en el horario fijo.
• Flotante: Se establece un rango de horas de entrada durante las cuales los empleados pueden presentarse a trabajar para, posteriormente, cumplir con la jornada que les corresponde.
• Libre: El colaborador puede administrar su hora de llegada y sus descansos de la manera que prefiera, siempre que cumpla con los objetivos establecidos.
• Comprimido: Los empleados pueden decidir trabajar más horas diarias para ir menos días a la oficina.
• Desde casa: Existe una libertad completa en el lugar y los horarios de trabajo, pero hay que ser especialmente cuidadosos con el seguimiento.
Si quieres probar la flexibilidad de horarios, éstas son las recomendaciones hechas por la consultora de ambientes laborales, Great Place to Work para que lo consigas sin sacrificar tus objetivos:
1. Haz una radiografía de tu empresa
¿Recuerdas cuando Slim propuso jornadas más largas y trabajar solamente tres días a la semana? Ello podría resultar bien en departamentos como el de contabilidad; pero sería una locura hacer que los obreros produjeran durante tantas horas seguidas sin reducir su rendimiento. Cada organización, división y puesto demanda diferentes niveles de responsabilidad, esfuerzo y presencia que deberás tomar en cuenta.
2. No apliques el “todos coludos o todos rabones”
Si bien la rigidez de los horarios de trabajo es limitante para gran parte del personal, e incluso es considerada como un factor de riesgo para la salud mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS), definitivamente no a todos les funcionará el mismo sistema de horarios flexibles. Factores como los hijos, el estrés o la propia capacidad de concentración son diferenciadores en este sentido. Analiza cada caso e implementa los horarios flexibles sólo en los casos en los que realmente pueden funcionar.
3. Regla número uno: nadie puede violar las reglas
Una vez definida la viabilidad de uno o varios modelos con base en los dos puntos anteriores, debes asegurarte de que todo tu equipo se encuentre debidamente capacitado y disponga de las herramientas necesarias para desempeñar sus tareas. Deja en claro las reglas para cada colaborador, según el esquema flexible acordado.
4. Libres, pero tomados de tu mano
Los líderes de tu empresa deberán estar listos para resolver imprevistos de manera presencial y a distancia. Se recomienda realizar juntas periódicamente para verificar el cumplimiento de las metas empresariales, dar retroalimentación, reconocer los aciertos y corregir errores. En el caso del trabajo desde casa, existen alternativas como las videoconferencias u hojas de trabajo compartidas donde se visualizan los avances en orden cronológico.
Prueba con algunos miembros de tu equipo para reducir el riesgo y, si consigues encontrar la mejor estrategia para tu negocio, tendrás empleados más felices que entreguen mejores resultados.