La tecnología cada vez es más adoptada por empresas. La inteligencia artificial y la robótica han permitido automatizar procesos y tener mejores resultados, tanto en la aceleración de procesos como en la disminución de presupuestos económicos, así como en eficiencia y seguridad.
Aunque la automatización permite que los empleados se centren en trabajos más analíticos y en mejorar el producto o ayudar a que la empresa crezca, un estudio realizado por el Instituto Global McKinsey refiere que la automatización y robotización ponen en riesgo a 52% de los empleos en México; es decir, 25.5 millones de puestos de trabajo.
Sin embargo, el principal reto lo enfrentan los trabajadores jóvenes, que tienen una edad entre 16 y 24 años, sobre todo aquellos con bajo nivel educativo, quienes pueden enfrentar riesgos frente a la automatización de hasta 50% a principios del 2030; en comparación con sólo 10 % de hombres y mujeres con estudios universitarios, de acuerdo a datos del estudio Young Workers Index de PwC, realizado por la consultoría PWC.
El reporte, que compara los porcentajes de participación en el empleo, la educación y la capacitación de los jóvenes que se encuentran entre los 16 y 24 años en 34 países de la OCDE, también señala que los estudiantes con antecedentes socioeconómicos más bajos son quie nes tienen tres veces más probabilidades de no alcanzar un nivel básico de conocimientos especializados en campos científicos.
En los países de la OCDE, entre 20 y 40% de los empleos disponibles para jóvenes podrían estar en riesgo de ser automatizados a principios del 2030, pero las nuevas tecnologías también impulsarán la productividad y la prosperidad y generarán empleos nuevos.
“La automatización impulsará la productividad y la prosperidad y, por lo tanto, generarán nuevas oportunidades para los jóvenes que cuenten con las habilidades necesarias; sin embargo, nuestro análisis también muestra que muchos jóvenes con niveles más bajos de educación, especialmente hombres jóvenes en sectores como el detallista, la transportación o la manufactura, podrían afrontar retos importantes debido a la automatización si no incrementan sus habilidades durante sus carreras”, refirió John Hawksworth, economista en jefe de PwC.
Por ello aseguró que será fundamental enfocarse en proporcionar a los jóvenes la educación adecuada y la capacitación vocacional con el fin de prepararlos mejor para empleos cada vez más automatizados.
El estudio también revela que si se mejoran las habilidades, estudios y oportunidades de trabajo para los jóvenes a largo plazo podrían generarse 1.2 billones de dólares en los miembros de la OCDE.
En este sentido, Suiza, Islandia y Alemania son los países con el mejor índice de jóvenes trabajadores al colocarse en las tres primeras posiciones del PwC Young Workers Index.
Alemania ha mejorado altas puntuaciones este año, ya que las tasas de desempleo y NEET —proporción de trabajadores jóvenes que no están estudiando, trabajando o en capacitación, por su sigla en inglés— de los jóvenes han continuado disminuyendo.
Estados Unidos, Reino Unido, República Checa, Canadá y Polonia se encuentran entre las naciones que han ascendido en el ranking, en comparación con el año pasado, mientras que México se mantiene en la posición número 30 por tercer año consecutivo.
México, por su parte, tiene entre sus ventajas más destacadas: la posibilidad de crecer de forma importante si mejora su tasa NEET al nivel de Alemania, con un aumento en la proyección de su Producto Interno Bruto a largo plazo de 5.4%, así como una relación muy complementaria entre los trabajadores jóvenes y de edad más avanzada, lo que beneficia la transferencia de conocimiento entre estas generaciones.
DESAFIOS A LARGO PLAZO
Los jóvenes que inician su vida laboral en empleos de medio tiempo en industrias como la detallista, hotelera y de servicios alimenticios afrontan riesgos relativamente altos de que estos empleos se automaticen a principios del año 2030.
En comparación con aquellos jóvenes que tienen sólidas capacidades en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) pueden correr menos riesgos de automatización, en la mayoría de los países de la OCDE.
Los sectores que se enfocan en las capacidades STEM siguen siendo empleadores relativamente pequeños para los trabajadores jóvenes, pero la demanda para estas capacidades aumenta rápidamente, lo que generará escasez de dicho talento.
Es necesario hacer más para incrementar estas capacidades, especialmente para los jóvenes con menos recursos, ello para que a largo plazo las nuevas tecnologías digitales no se sumen a la desigual dad de ingresos y recursos.
“Hay lecciones que debemos aprender de los países con mejor desempeño en nuestro índice, como Suiza, Alemania y Austria, que tienen sólidos programas de capacitación vocacional para jóvenes”, finalizó John Hawksworth.//El Economista